Una abuelo crea un navegador especial para que su nieto autista pueda usar internet

Los autistas tienen dificultades para manejar la cantidad de información, elementos y colores presentes en internet. Por eso, un informático ha creado un navegador específico para ellos, que ha puesto a disposición de todo el mundo de forma gratuita en la Red.

El programador John LeSieur, afincado en Las Vegas (EE UU), pensó que navegar por la Red podría ayudar en la rehabilitación de su nieto autista de seis años. Sin embargo, lo único que consiguió fue el desánimo tras constatar que para el pequeño Zac la gran cantidad de colores, los banners y los contenidos estridentes de la Red no lo ayudaban en nada.

Para solventar el problema diseñó un navegador web específico para niños autistas, que simplifica la búsqueda de contenidos y elimina los elementos que afectan a la mente de quienes sufren esta enfermedad.

LeSieur sólo buscaba ayudar a su nieto Zackary Villeneuve, que vive en Saint Remi, Quebec (Canadá), pero una vez que publicó en Internet su proyecto, muchos padres quisieron probar el ‘Navegador Zac para niños autistas’.

Preguntando a pedagogos y rehabilitadores de autismo, el abuelo de Zac incorporó numerosas prestaciones a su navegador, como el bloqueo de algunas teclas y funciones del ordenador para que el niño no se distraiga con elementos secundarios, como el botón derecho del ratón o la tecla ‘Imprimir pantalla’.

«Algunas partes de la Red tienen mucho material extraño que puede estar distrayendo y para un niño que se comunica de forma no verbal, no habría ninguna posibilidad para que utilice esta información», señala un investigador de la Brown University de Rhode Island Stephen Sheinkopf.

Otros elementos del navegador, como los iconos simplificados y su gran tamaño, ayudan al pequeño a acceder de forma directa a juegos, cuentos o ejercicios mentales. «Estamos tratando de evitar aquellos sitios web que sean oscuros, agresivos visualmente o muy complicados, porque todo esto tiene qué ver con su propia autoestima», afirma LeSieur.

Un artículo publicado en La Flecha